Motos clásicas: 7 modelos de Kawasaki que son auténticas joyas

La saga Kawasaki Z es uno de los iconos más reconocidos de la historia de las motos japonesas. Con un recorrido que alcanza en 2022 nada menos que el medio siglo de existencia, este respaldo constituye un factor diferenciador casi imposible de valorar. La sensación de formar parte de un hito te envuelve cuando eres consciente de lo que representanta la insignia Kawasaki Z y te pones a los mandos de cualquiera de sus variantes.  

Además, estamos hablando de una historia de éxito, desde la primera edición Z1 de 1972 hasta sus últimas novedades 2022 en forma de Kawasaki Z 900 SE o Kawasaki Z 400. No en vano, la serie “Supernaked” de la marca nipona acoge el modelo más vendido durante los últimos años en el mercado español, una Kawasaki Z 900 que también en 2022 (con datos enero-mayo) oficia de líder de ventas en el segmento de motos (no scooters).  

Todo ello es el resultado de una constante evolución del espíritu Z que ha abarcado multitud de vertientes y perspectivas con el paso de los años. La actual dinámica de diferenciación estética y tecnológica parte de la Kawasaki Z 1000 presentada en 2003, cuando las líneas “Sugomi” lograron distanciar su imagen de la competencia de forma definitiva durante las últimas dos décadas, y con un protagonismo aún sobresaliente en sus herederas actuales. 

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No obstante, el mito Kawasaki Z ha tenido muchas otras referencias históricas que han conducido a lo que estas siglas significan hoy día: la joya del tesoro entre las motos Kawasaki. A continuación, te presentamos algunos de los modelos que más huella han dejado en este extenso recorrido de 50 años, pilares que han forjado una auténtica leyenda.  

Kawasaki Z1/Z900 – el germen de todo 

Es el inicio de la familia Kawasaki Z. En 1972 se presentó en EE.UU. la Kawasaki 900 Super4 Z1, una cuatro cilindros en línea de cubicaje próximo al “litro” como jamás había sido concebida moto alguna hasta el momento. Dotada de distribución DOHC de doble árbol de levas en cabeza como orgullosamente se reflejaba en sus tapas laterales, la Z1 no solo exhibía un evidente concepto deportivo en cuanto a aceleración y prestaciones generales, anunciando una velocidad máxima por encima de los 200 km/h gracias a un propulsor de 82 CV a 8.500 rpm para un peso total de 230 kg (poco más que las supebikes de 750 cc japonesas y británicas de la época) que, según la marca, “redefine el significado de las superdeportivas”.

En absoluto renunciaba a un sentido sport turismo con datos como su comodidad de uso rodando a 100 km/h con el motor girando a tan solo 4.500 rpm, o la practicidad derivada de su manejabilidad o aspectos como el espacio bajo el asiento apto para guardar la documentación o unos guantes, también la facilidad de llegar con ambos pies al suelo con independencia de la altura del piloto. Asimismo, merece ser reseñada la posibilidad de sustituir cualquier pieza del motor (excepto cigüeñal y transmisión primaria) con este instalado en el chasis, lo que facilitaba enormemente las labores de mantenimiento.  

Por otro lado se añadía su capacidad de salir limpiamente desde tan solo 13 km/h en quinta gracias al par de su motor tetracilíndrico, así como una capacidad de frenada que permitía reducir la velocidad de 50 km/h a cero en tan solo 11 metros gracias a un disco delantero de 296 mm de diámetro. Sin obviar su arranque eléctrico, la calidad de su iluminación nocturna o la ausencia de vibraciones. Como ves, todos ellos son aspectos totalmente actuales y que la Kawasaki Z1 ya abanderaba hace nada menos que 50 años. ¡Y cómo olvidar el hipnotismo de sus cuatro silenciadores, guardabarros cromados o el motor terminado en negro!  

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En 1976, la original Kawasaki Z1 pasó a denominarse Z900, con mínimos cambios como el segundo disco frontal (se mantenía el tambor trasero), nuevo reglaje de los amortiguadores traseros, la presencia de un tapón de gasolina con cerradura o el diseño del asiento, lo que dan idea de la optimización del concepto original que le permitió convertirse en la “supersport tourer más vendida del mundo”. Esta nueva Kawasaki Z900 estrena una denominación que se mantiene hoy día vigente en el catálogo de la marca y con visos de convertirse en eterna.  

Kawasaki Z400 – la juventud a los casi 50 años 

Otra referencia Kawasaki Z que se mantiene en 2022 como en los orígenes hace medio siglo es la Kawasaki Z400. Nació en 1974 y muestra la capacidad de la saga Z de extenderse por las más variadas combinaciones de segmentos y motores. En este caso hablamos de un dos cilindros en línea, el mismo esquema de la presente Kawasaki Z400. Un hito de este modelo es que fue construido, además de en Akashi (Japón), en la factoría de la marca japonesa en Lincoln (Nebraska), lo que convirtió a Kawasaki en la primera marca extranjera en fabricar motos en EE.UU.  

Kawasaki Z 650 – multiplicación a escala 

La temporada 1977 nos trae el nacimiento de la Kawasaki Z 650. Es otro de los modelos que en 2022 mantiene denominación, destacando su reflejo Kawasaki Z 650 RS, aunque en este caso estamos ante una moto de antaño fiel al concepto original de la saga Z. De este modo presenta un motor de cuatro cilindros en línea, frente al de dos actual, con todo el carisma de la familia expuesto en una potencia máxima de 64 CV a 8.500 rpm y una velocidad máxima declarada de 203 km/h. Como su contemporánea Kawasaki Z 1000, equipa escapes 4 en 2.  

Kawasaki Z 1000 – Más de 100 CV 

En 1977 llega a los concesionarios de la marca en todo el mundo (en España todavía estábamos bajo los efectos del proteccionismo) la primera Kawasaki Z que alcanza la cilindrada de los 1.000 cc. Se amplía la cota de diámetro (de 66 x 66 mm a 69,4 x 66 mm) para un aumento de potencia que, por primera vez, supera los 100 CV, en concreto 102 CV a las mismas 8.500 rpm que la Z900. El peso se mantiene invariado (230 kg), y se introducen suspensiones regulables (tanto la horquilla –aire- como los amortiguadores –precarga e hidráulico-) y disco trasero. Se estrena el encendido electrónico, cuentavueltas y velocímetro sin cables mecánicos, mientras que en su conjunto de escapes se opta por un único silenciador a cada lado. El paso del tiempo queda patente en detalles como la combinación de llantas de 19” delante y 18” detrás. La versión de 1980 fue la primera moto de serie en equipar inyección electrónica.  

Kawasaki Z 1100 GP – la senda RR 

En una era en la que las motos eran naked por naturaleza, ya que los carenados eran todavía componentes de contadas excepciones, la Kawasaki Z 1100 GP hace gala de las siglas “Gran Prix” con un cupolino que hace hervir la sangre de los amantes de las primeras superbikes. Con sus 1.089 cc, se anunció en su lanzamiento en 1981 como la “Kawasaki’s fastest sport machine” (la moto más rápida de Kawasaki) derivadas de una cifra de potencia máxima de 110 CV y estando dotada de inyección electrónica. 

Kawasaki Z 1300 – qué tiempos aquellos 

Uno de los hitos más emblemáticos de la historia de la gama Kawasaki Z la constituye su representante de seis cilindros. En 1980, la evocadora imagen de sus seis escapes saliendo de la parte frontal desde su bloque motriz DOHC refrigerado por agua, es una oda a la belleza absoluta. Su longitud queda reducida por el esquema de carrera larga elegido (62 x 71 mm, 1.286 cc), lo que a su vez redundaba en un elevado par motor.  

“Si las Kawasaki Z1000 son las reinas, la Z1300 es la emperatriz” afirman los documentos originales de la época. Contaba con tres carburadores dobles para alimentar cada uno un par de cilindros, se beneficiaba de un sistema de transmisión final por cardan y ofrecía una potencia de 120 CV a 8.000 rpm. Esto significaba una potencia específica de 92 CV/l, cuando los automóviles de la época apenas llegaban a la mitad de esta cifra. Se declaraba una velocidad máxima de 225 km/ y una aceleración de 0-400 m en 11,7 seg para 296 kg en seco.  

Kawasaki Z 750 Turbo – la Z desatada 

Si la deriva de excelencia tecnológica ya era patente en las diferentes evoluciones Kawasaki Z durante los años anteriores, en 1983 se alcanza el éxtasis con la Kawasaki Z 750 Turbo. Esta referencia es esencial para entender el valor de la saga Kawasaki Z en el presente, donde también cuenta con una edición sobrealimentada en forma de Kawasaki Z H2, esta vez como única integrante de esta solución en nuestros días. En su día, los únicos fabricantes que ofrecieron entonces estos modelos de serie fueron las cuatro marcas japonesas. Con un peso en seco de 233 kg, declaraba una potencia máxima de 112 CV a 9.000 rpm, lo que en pruebas de las revistas de la época se traducía en velocidades entorno a 240 km/h.

A destacar la presencia de un sistema de antihundimiento AVDS mecánico en frenadas del tren delantero como el empleado en algunos modelos de GP de la época (la Garelli 125 de Ángel Nieto la portaba), método que posteriormente se sustituyó por la introducción de muelles de relación variable en las horquillas modernas. Como pautas del pasado impensables hoy día, descubrimos una caja de cambios de cinco relaciones y un juego de neumáticos en medidas 110/80-18 delante y 130/80-18 detrás, cuando una actual Kawasaki Z 125 porta detrás un 130/70-17, eso sí, 40 años más tarde.