El Ariic Gemma es un scooter simpático, muy equipado y a buen precio
Ariic… Es posible que la marca no te suene a pesar de que lleva ya un tiempo en nuestro mercado. Es una de las representadas por el grupo Keeway en nuestro país, como también lo es, por ejemplo, Orcal, solo que en este caso está centrada por ahora en scooters.
Precios, ofertas, fichas técnicas e imágenes de TODOS LOS MODELOS DE SCOOTERS ARIIC del mercado
Llegó con el Ariic 318 en 2021, un scooter de estilo GT, bien equipado e interesante, pero que no ha llegado a popularizarse como debiera; tenía buenas condiciones para haber llegado más alto, desde luego.
La marca hace ahora un segundo intento de darse a conocer y lo vuelve a hacer con un scooter que tiene muchas posibilidades de triunfar: es atractivo a la vista, llamativo por su precio (2.190 €, ahora en lanzamiento 1.990 €) y con un equipamiento muy elevado para un scooter así. Además, cuando lo pruebas, resulta muy agradable y divertido de llevar. Poco más se le puede pedir.
Cómo es: menos es más
Sí; hay veces en que «menos es más». Al menos en el sentido de que con menos de lo que parece necesario cumple mejor con lo que tiene que hacer. Y me explico. El Gemma es un scooter absolutamente urbano. No tiene ningunas ganas de ser un scooter sport o que te valga para viajar.
No. Está pensado para resultar cómodo y agradable en el día a día en la ciudad. Y para ello lo normal, hoy día, es un 125 cc y parece que necesitamos los 15 CV del tope legal. Si no, no vale.
Bien, el Gemma no alcanza ninguna de esas cifras. Su pequeño motor de aire, pero con culata de cuatro válvulas, cubica solo 117 cc y con ello alcanza solo 9 CV a 7.500 rpm, con un par de 9,3 Nm a 6.000 rpm. Su estructura es de carrera larga (52,4 x 54,4), lo que le da muy buena respuesta desde abajo.
Equipa un sistema de Start&Stop automático, ya sabes: cuando te detienes en un semáforo, para el motor; cuando abres gas, arranca y sale instantáneamente y de forma completamente silenciosa. No hay motor de arranque que suene.
Una parte ciclo simple pero convincente
El chasis es bastante simple, un tubo de acero que baja desde la pipa de la dirección, por el suelo y desolado detrás, en sección cuadrada, en la zona que soporta el asiento y sirve de anclaje al motor. Ariic presume de que la soldadura de esta estructura está completamente robotizada, evitando errores.
La amortiguación trasera está encomendada a un par de amortiguadores regulables en precarga y llevan botella separada con carga de nitrógeno, lo cual, según la marca, absorbe las vibraciones y ruidos de alta frecuencia. Delante, una horquilla telescópica bastante estándar y neumáticos de 12″ en ambos trenes, con unas bonitas llantas con el perfil de los palos mecanizados.
Para frenar, emplea un pequeño disco delantero y un tambor trasero, ambos unidos de forma mecánica en un sistema de frenada CBS combinada que ofrece buen tacto. Sobre la maneta izquierda, un gatillo permite dejarla bloqueada con el freno tirado, para emplearlo como freno de aparcamiento, algo que ha ido desapareciendo de muchos scooters, siendo un sistema interesante, económico y, sobre todo, útil.
Equipamiento: eres grande, pequeño
Uno de los puntos fuertes de este scooter, sin duda, es el equipamiento que incluye de serie. No es frecuente ni normal, en un scooter que ronda los 2.000 €, con un motor de 9 CV y un enfoque básicamente urbano, encontrarte ya no solo la iluminación completa de LED o que lleve pata lateral con desconexión del motor y caballete central, cosas que muchos congéneres no llevan, sino que monta una llave de proximidad que permite arrancarlo sin sacar la llave del bolsillo, apagarlo y bloquear la dirección.
O una pantalla digital TFT por cuadro, con conectividad con el móvil. No es muy grande, pero sí lo suficiente y lleva los botones clásicos (Mode y Sel) integrados, de forma táctil en la pantalla. Es una chulada, pero ¿útil? No sé, porque depende con qué guantes tal vez no puedas pulsarlos.
Lleva el sistema Start&Stop que ya hemos comentado, reposapiés plegables para el pasajero y una pequeña guantera con un USB dentro en el lado izquierdo del contraescudo. Se queda cerrada mediante un imán, por lo que no hay cerradura ni sistema de bloqueo.
Bajo el asiento hay un pequeño hueco donde puedes dejar un casco jet, aunque depende del tamaño de este, entrará muy justo (como el Acerbis que ves en las fotos, que entra rozando por los lados y por arriba), pero lleva una cartera con un surtido de herramientas como ya no se ve hace años.
Carrocería: un diseño que merece detenerse
Otro punto en el que merece la pena detenerse es en el diseño de la carrocería y formas de este Gemma. Para empezar, es un trabajo de Alessandro Tartarini, hijo del fundador de Italjet y diseñador de prestigio que ya firmó las líneas del Ariic 318 y que también intervino en diseños de Lambretta o en los nuevos proyectos de la marca Italjet.
En el caso del Gemma está claro que han acertado. Sí, tiene cierto estilo retro que puedes corroborar en esa «cresta» cromada sobre la aleta delantera o en las formas redondeadas del piloto trasero. Pero sus líneas generales u otros detalles, como el cuadro, la pequeña cúpula plana, los pilotos de los intermitentes en el borde o las llantas, en blanco, con detalles mecanizados, son justo lo contrario: detalles de modernidad total.
La elección de colores también influye en esa percepción neoclásica del scooter. Tanto este gris, con detalles del contraescudo y el asiento en granate, como los otros colores disponibles le dan un aire elegante y llamativo, diferente a cualquier otro cercano.
Cómo va: Lo que dan de sí 9 CV…
… cuando solo tienes que arrastrar 102 kg en seco. Pues la verdad es que dan para más de lo que parece. En esta prueba, como es lógico, y a pesar de tratarse de un scooter claramente ciudadano, hemos salido a la carretera (autovía en este caso) y el Gemma demuestra que puede con ello. Eso, además de ser un gran urbanita.
Para empezar, el Gemma es un scooter muy compacto. Pesa solo esos 102 kg y tiene una distancia entre ejes de solo 1.270 mm. No hay altura de asiento declarada, pero desde luego es de los scooters más bajitos y pequeños del mercado de los 125. Así, subirse o bajarse o maniobrar con él en parado es muy fácil. Lleva, además, el suelo plano, lo que facilita aún más su uso.
La pata lateral y el caballete central, en un scooter tan pequeño, son sencillos y cómodos de usar. Los mandos, una vez sentado en el sillín, bastante cómodo, tienen buen tacto y están en buena disposición, con unas curiosas manetas con un acabado oscuro rugoso llamativo.
Lo pones en marcha girando el pomo que encuentras en la zona derecha del contraescudo, arriba. Este pomo tiene al lado el botón de apertura del asiento: el pomo tiene una posición determinada para abrir y solo abre ahí. Pulsas el botón de arranque y se pone en marcha, sin ruidos: el sistema Start&Stop también se nota en esto.
A partir de aquí es un scooter tan sencillo como imaginas. Se llega bien al suelo, el tacto de las manetas es bastante bueno, a pesar del sistema CBS (una de las manetas no se «come» a la otra cuando tiras de ella) y el del acelerador es suave y preciso. Abres gas y sale bastante rápido, con un sonido contenido y con total suavidad.
Más sorprendente es cuando avivas el ritmo entre esquinas y rotondas. La verdad es que muchos de estos scooters recurren a ruedas de 10″ o sistemas de un solo amortiguador detrás y eso se nota. Este, con las llantas de 12″ en ambas ruedas y los dos amortiguadores, la verdad es que da confianza en esas curvas y te deja entrar deprisa en ellas.
Tampoco toca el suelo con excesiva facilidad, convirtiéndose así en un scooter muy divertido de llevar deprisa. Se agarra bien, además, y el motor, que empuja con bastantes ganas desde abajo, permite también esa diversión.
En esas condiciones y con su tamaño y con un radio de giro muy cerrado, meterse entre el tráfico y colarse entre los coches es muy sencillo. Eso hace de él un gran scooter en la ciudad, rápido y muy ágil. Y si algún día tienes que ir más allá, en esas carreteras de entrada y salida es capaz de mostrarte los 100 km/h, incluso algo más, en el cuadro, lo cual es una cifra bastante «redonda» para un scooter así.
Lo mejor:
- Relación equipamiento-precio
- Estética diferente y original
- Ágil, maniobrable y divertido
Mejoraría con:
- Capacidad bajo el asiento
- Freno trasero
- Mandos táctiles de la pantalla
Así lo vemos:
- En carretera: 3
- En ciudad: 5
- Pasajero: 2
- Confort: 4
- Equipamiento: 4
- Autovía: 3
(De 1 a 5 puntos)
El Ariic Gemma es un scooter que merece la pena conocer. Tiene una carrocería bonita y una estética acertada en un scooter ágil y agradable de llevar, que se convierte en una herramienta de movilidad ideal en la ciudad. Es muy ágil y maniobrable, anda bien y se sujeta al asfalto con suficiente nobleza, dando confianza.
Todo ello en un scooter con un equipamiento importante, en un asiento cómodo y una posición de conducción natural, que permite además, salir a la carretera superando por poco los 100 km/h con cierta confianza, y te dejará invitar a alguien de vez en cuando al asiento trasero.
Pero eso sí, ofrece 9 CV y una distancia entre ejes de menos de 1.300 mm, por lo que se nota cuando alguien va atrás, además de necesitar que modifiques la precarga de los amortiguadores si no quieres ir haciendo topes en cualquier bache. Al menos se trata esta de una operación sencilla de hacer.
FOTOS: MIGUEL MÉNDEZ