Hemos probado las nuevas BMW F 900 R y F 900 XR, dos motos que valen para casi todo







Todas las marcas de motos tienen áreas en las que son especialistas. O casi todas. En el caso de BMW, mucha de su historia se fundamenta en el diseño de motos con motores bicilíndricos. Esta es precisamente la disposición mecánica de los bloques encastrados en los chasis de las nuevas F 900 R y F 900 XR.
Sendas BMW, novedades 2025, sustituyen a las anteriores F 900, respecto a las cuales aportan un mejor equipamiento de serie y una mayor diferenciación entre la naked R y la trail asfáltica XR.
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La base es la misma. Y el motor también, un bicilíndrico de 900 cc, 105 CV de potencia y 93 Nm de par que destaca por ser enérgico a bajas revoluciones y por un sonido atractivo, particularmente si va asociado al escape Akrapovic opcional.
CÓMO SON LAS BMW F 900 R Y F 900 XR

Esos 105 CV llegan a 8.500 rpm, que es cuando se desmelena, pero desde apenas 3.000 rpm ya dispones de la suficiente fuerza como para no bajar marchas si no quieres hacerlo.
En estos términos, por cierto, las F 900 estrenan el cambio asistido Quickshifter opcional (401 euros) que permite cambiar sin accionar el embrague y que te garantizo que funciona de locos, aunque yo soy más de la operativa tradicional.
Ambas motos estrenan faro delantero, colín posterior, grupos ópticos laterales que integran intermitencia, posición y freno, o una horquilla Showa regulable en compresión, extensión y precarga. Detrás hay un nuevo amortiguador electrónico opcional (434 euros) que llevaban las unidades que probamos.

También mejora el equipamiento de serie. Ahora lo es el modo de conducción Dynamic, el control de tracción DTC o el ABS Pro, efectivo cuando la moto está inclinada. Y se ha trabajado en la contención del peso, aligerando elementos como las llantas o la batería.
En qué se diferencian las BMW F 900 R y F 900 XR
Idénticas por motor, lo que cambia es el concepto de moto. La BMW F 900 R es lo que se conoce por una roadster, una moto deportiva pero utilizable en el día a día, una naked sport. La BMW F 900 XR, por su parte, es una trail con ruedas de asfalto, más alta, con más carenado, cúpula y, en definitiva, con mayor confort.
Ambas alemanas son motos limitables para su uso con el carnet A2, lo que las convierte en peldaños idóneos en una futura escalada hacia modelos BMW de superior cilindrada, ya con el carnet A.

CÓMO VA LA BMW F900 R
BMW ha trabajado en que la F 900 R sea más deportiva que antes sin perder usabilidad. Lo cierto es que es una moto más estimulante que antes y también más efectiva, porque la nueva horquilla Showa aporta un aplomo y confianza que antes no era tan elevado.
También se ha cambiado la postura de conducción, con un manillar más sobre la rueda delantera y unas estriberas más retrasadas. Esta postura también aumenta la confianza adquirida cuando vas a ritmo ligero.

Claro que también tiene su contrapartida, y es que cómoda no es. O al menos a mí no me lo parece lo suficiente como para ser considerada moto de uso diario.
Sí que, en cambio, es fácil de llevar, transmite buenas sensaciones y se siente más compacta y ligera que la BMW F 900 XR de la que luego hablaremos. Más ligera es, concretamente anuncia 199 kg de peso.

También resulta más directa a la hora de cambiar de dirección, algo que según sentí realiza de manera más natural y reactiva.
¿Y su precio? 9.750 euros. No me parece ninguna locura a tenor de lo que ofrece. Es más, te diría que hasta se puede considerar un buen precio.
CÓMO VA LA BMW F900 XR

Me resulta curioso que, aun siendo la “misma” moto, la BMW F 900 XR se siente muy diferente a la F900 R. La postura de conducción hace mucho, con un manillar más ancho y alto, con las estriberas más alineadas con el piloto, un asiento un poco más alto… Es una moto en la que vas mucho más erguido que en su hermana.
Porque, en efecto, es una trail de asfalto. Es decir, una GT moderna. Pesa 216 kg y es notablemente más cómoda que la F 900 R. Tampoco es que la XR dé una lección en este sentido, pero mejor, es.
También resulta muy disfrutable en carreteras de curvas, aunque ofrece otro comportamiento. Transmite menos sensaciones a través del manillar y, obviamente, se siente más pesada y menos ágil.

No obstante, en la realidad no hay tanta diferencia. Sin embargo fluye muy bien entre curvas y resulta indudablemente más cómoda. Menos entusiasta, eso sí.
La BMW F 900 XR cuesta 12.950 euros, que es una diferencia muy considerable con respecto a la F 900 R, pero es en definitiva una moto más utilizable.

La cuestión es, ¿cuál elegirías tú? A mí me atraen las dos, pero la BMW F 900 XR me parece más completa si lo que buscamos es una moto para todo. Cuestión de gustos.