
El decálogo del buen viajero en moto: no dejes nada al azar
Este decálogo pretende aglutinar lo que resulta necesario para emprender largas rutas. Si las estás preparando, ojo...
El decálogo del buen viajero en moto no pretende asemejarse a las matemáticas. No hay nada exacto ni perfecto.
Pero, al menos, pretende servir como herramienta para disfrutar de lo que más te gusta hacer: viajar en moto.
Y, si es posible, hacerlo tan lejos como el tiempo y la cuenta del banco nos dé cuartelillo.

Como se suele decir, “la experiencia es un grado”, y en esta ocasión no podía ser menos.
Sin embargo, es precisamente ese otro grado, el de reponernos ante la adversidad lo que, en más de una ocasión, nos sacará del atolladero.
Porque hacerlo en plena ruta puede legar a parecer fácil... sin serlo en realidad.
Si a la ocurrencia y la maña le añadimos la experiencia, tendremos un largo trecho ya recorrido.
Soluciones en pequeños detalles
Piensa que en los pequeños detalles se encuentran algunas soluciones, como el mero hecho de que se nos empape la cartera en un fuerte aguacero, sin un lugar donde podamos resguardarnos.
Si el bolsillo que prometía ser estanco demuestra que no lo es, arruinaremos el efectivo que tengamos dentro, o el teléfono, o…
Algo que podrás evitar con una simple bolsa del súper. Rápido, sencillo, barato y que apenas ocupa lugar. ¿Todavía llevas la documentación de la moto bajo el asiento sin proteger?
Echa un vistazo al decálogo que verás a continuación y completa el listado de lo que necesitas antes de salir hacia tu destino.

1. No lleves la casa a cuestas
Valora qué será necesario cargar en la moto tanto para ti como para la propia moto.
Incluso si dispones de algún remanente de espacio en este o aquel hueco, no lo satures.
Podrá venirte bien para destinarlo con lo que te hagas durante el camino, por ejemplo.
2. Atención a los cambios de clima
Como es lógico, el clima por el que vayas a rodar influirá en tu equipaje.
Por muy buen equipamiento técnico del que dispongas, un buen mono de agua completo o divisible te salvará en según qué situaciones.
Recuerda que al día siguiente volverás a rodar y hacerlo con ropa mojada no es lo más agradable precisamente…

3. Repuesto... por si acaso
En ciertos elementos, el hecho de llevar repuesto “por si acaso” no solo es importante, sino imprescindible. La situación más evidente es el de la llave de la moto.
Hay quien incluso la esconde por la moto para que solo el propietario sepa dónde está, pero no suele ser muy buena idea.
Incluso hoy día, con los mandos de proximidad, tampoco sería útil.
Intenta llevarla siempre en el mismo lugar por si la que usas no la encuentras o se ha extraviado “a saber cómo y dónde”.
4. Pantalla (no visera) clara y ahumada
Hay quien prefiere emplear una pantalla ahumada para rodar durante el día, pero resulta una solución difícil de usar durante la noche.
No significa que dejes de ver cuando cae el sol, pero sí dificulta moverte por terrenos desconocidos cuando intentas orientarte en condiciones precarias de luz.
Una pantalla clara apenas ocupa espacio y nos servirá de repuesto en caso de quedar dañada la que llevas puesta de manera habitual.

5. Remedio cortaviento...
Hay motos que no se caracterizan por una mínima protección aerodinámica y, pese a ello, nos gusta salir de viaje con ella.
Si no dispones de una cúpula, o con ella si es baja, acopla con cinta americana una vieja pantalla de casco a modo de deflector.
Si ni siquiera hay cúpula, la misma pantalla colocada usando la instrumentación como base funcionará para desviar algo del viento que nos llega al cuerpo.
6. Con cadena, no olvides esto
Suele ser demasiado habitual el viajero que solo se preocupa del estado general de su moto al salir de casa.
Puede ser entendible en el caso de disponer de un modelo con cardan. En caso contrario, es una verdadera temeridad iniciar la ruta abandonando a su suerte la cadena de transmisión.
El paso de los kilómetros con la suciedad adherida a los eslabones, el agua o incluso la tierra si rodamos por caminos, acabará por limitar su vida útil.

Y lo que es peor, podría incluso llegar a partirse. Lo ideal sería llevar dos spray, limpiador y engrasacadenas.
A malas, solo el segundo. Busca un tamaño que te aguante el viaje para no ocupar tanto espacio. ¿Para qué llevar uno de 500 cc?
7. Sal "a cero" de mantenimiento
Ya que hablamos de revisar la moto antes de salir, es evidente que de la duración del viaje dependerá lo que necesite tu moto.
Aprovecha para cambiar el aceite y filtros si por tiempo o kilometraje está cerca de necesitarlo.
Por supuesto, el estado de los neumáticos es otro de los detalles que deberás tener en cuenta: ¿aguantarán el viaje al completo?
Hazte valer de tu taller de confianza. Nunca se sabe lo que puedas encontrar por ahí como último recurso…

8. El mapa de toda la vida sigue siendo perfecto
En un mundo en el que la comunicación digital se ha impuesto, parece como si los mapas de toda la vida no sirvieran para nada.
Lo cierto es que, en ocasiones, un buen mapa a la escala correcta nos servirá para ponernos en situación mejor que mirando atentamente una pantalla de reducidas dimensiones.
De hecho, ha sido y será siempre la esencia de todo viaje de descubrimiento que se precie de serlo.
Pongamos un toque de aventura en nuestras vidas… A fin de cuentas, tampoco nos ocupará tanto espacio, si es eso lo que tememos.
9. Otros guantes, por si acaso
Si vas a rodar por climas cambiantes, recuerda llevar encima dos pares de guantes.
Resulta muy incómodo, por no decir desagradable, ir en marcha con bajas temperaturas y guantes de verano que, apenas unos kilómetros antes, nos servían perfectamente.
Pasar calor por no poder quitarnos los de invierno tampoco sería adecuado, menos todavía si lo hacemos para continuar sin guantes.
Y como sucede con el resto de equipamiento, un par mojado no será útil al día siguiente si no han podido secarse durante la noche.

10. Kit básico (o no tanto) de supervivencia
Por último y no menos importante, debes hacerte una lista con el que podría denominarse “kit de supervivencia”.
En él deberían incluirse esas “pequeñas-grandes” soluciones que nos salvarán el viaje en caso de imprevisto, tal vez desastre...
A saber: cinta americana, bridas y bolsas de plástico (el mejor elemento impermeable que existe para llevarlo en cualquier parte sin ocupar nada).
No debe faltar un kit reparapinchazos, botiquín de primeros auxilios, kit de lámparas y fusibles de repuesto y un mínimo de herramienta.

Será la que necesites para desmontar aquello que te dé acceso a la batería y a la caja de fusibles, como mínimo.
Recuerda que aquella máxima de “llevar dos de todo” es prácticamente imposible, pero siempre deberíamos tenerla muy presente en elementos básicos.
Estos son, como hemos visto, los susceptibles de pérdida o avería que no requieran demasiado espacio…
Porque viajamos para disfrutar, no para sufrir inconvenientes, los justos para contarlo más tarde a los amigos aderezándolo con un toque de aventura.
¡Buena suerte y buen viaje!

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