
¿Nunca te has preguntado si llevas bien puesto el casco de la moto? Deberías
Llevar bien el casco de moto no es cuestión estética, sino principio de seguridad activa y pasiva.
Ha habido épocas que ponerse el caso era más considerado un “quitamultas” que un razonamiento de seguridad. Por fortuna, eso ya quedó atrás.
Sin embargo, ponerse el casco y abrochárselo no es, por sí solo, garantía de estar haciendo lo correcto.
Desde el primer momento, cuando introducimos el casco sobre la cabeza, debe notarse un contacto uniforme entre el borde de su interior y tu cráneo. No debe haber zonas que aprieten en exceso, pero tampoco con holguras que permitan un movimiento libre.
Este primer contacto correcto ya anticipa el nivel de protección y confort que vamos a disfrutar.
Atención a la talla adecuada del casco para ti
Con la cinta abrochada, el casco no debe salirse al realizar movimientos bruscos con la cabeza ni permitir que pueda deslizarse hacia adelante o atrás. De la misma manera, los niveles de movimiento —adelante, atrás y lateral— han de estar controlados.

Si sobra holgura, la protección se reduce. En impacto, el casco puede desplazarse o incluso soltarse, exponiendo zonas vitales.
Esto ocurre especialmente si la talla no se ajusta a la circunferencia de nuestra cabeza. Esta se mide sobre la frente y zona superior de la nuca y conviene optar por la talla menor si dudamos entre dos. Y no todas las marcas tallan igual.
Los elementos que componen un casco de moto
El sistema de cierre también es clave. Es más seguro un cierre de doble anilla bien usado, fiable y resistente, que uno rápido con rendimiento inferior. Pero este útlimo también cumple su función.
En cascos modulares, hay que asegurarse de que la mentonera encaje con precisión. El articulado esté bien construido, sin holguras ni salidas de su recorrido.
Dentro del casco, la calota aporta estructura, pero es el relleno interior el que condiciona la comodidad y el ajuste. Un acolchado en sienes, mejillas y frente debe adaptarse a nuestra fisonomía y ceder levemente con su uso.

De hecho, una presión excesiva puede ser incómoda en trayectos largos y desviar la atención de la conducción.
No bastará con abrocharlo. Es exigible además que cumpla homologaciones CE y cuenten con cierre seguro. Si el casco se basa en homologaciones antiguas, o no incluye las pruebas recientes, puede que no ofrezca garantías reales.
Cada casco de moto para su función
Y no olvidemos la importancia de elegir el tipo de casco adecuado según el uso. Un jet no ofrece la misma protección que un integral. Las diferencias no son solo de campo visual, sino de estructura y resistencia ante impactos.
La recomendación es obtener siempre el nivel adecuado de protección para el entorno y la moto que pilotamos.

Por todo ello, colocar bien el casco implica más que un simple gesto. Significa asegurarse de que encaje, quede fijado, cierre correctamente y esté homologado.
Ajustarlo a prueba con maniobras y comprobar cómo se siente durante varios minutos es lo mínimo necesario. Así garantizaremos que la parte de nuestra vida que más vale está protegida como merece.
Más noticias: