
Álex Crivillé, 55 años, rompe el silencio tras muchos años: 'No puedes decir que no'
El primer campeón español de 500 cc repasa su legado y deja sorprendido a todo el mundo con su futuro
El motociclismo español vive hoy una época dorada. Campeones en todas las categorías copan los podios internacionales. Pero mucho antes, hubo un nombre que abrió el camino.
A mediados de los 90, Álex Crivillé rompió barreras y escribió su nombre en la historia. Fue el primer español en conquistar la categoría reina. Desde entonces, su figura sigue siendo referente.

De Seva a la cima del mundo
Nacido en Seva en 1970, Crivillé creció entre motores y gasolina. Con el equipo Derbi debutó en el Europeo de 80 cc, logrando un meritorio tercer puesto. Poco después, JJ Cobas le dio la oportunidad en 125 cc.
En 1989 llegó su primer gran éxito. Con solo 19 años ganó el Mundial de 125 cc, siendo el campeón más joven en la historia. Su ambición lo llevó a probar suerte en 250 cc, primero con Yamaha Marlboro y luego de nuevo con JJ Cobas.
Pero el cuarto de litro no era su sitio. En 1992 dio el salto a 500 cc y en solo tres carreras ya se codeaba con Rainey y Doohan. En Assen, ese mismo año, firmó la primera victoria española en la máxima cilindrada.
El Mundial de 1999: el sueño cumplido
Honda fue su casa durante los años decisivos. Allí compartió equipo con Mick Doohan, su mayor rival y maestro involuntario. La diferencia entre ambos se reducía año tras año.
En 1998, la muerte de su padre le golpeó duro. Doohan ganó su último título. Pero en 1999, un accidente en Jerez retiró al australiano y Crivillé aprovechó la oportunidad.

Ese año se coronó campeón del mundo de 500 cc, un hito que ningún español había logrado antes. Su nombre quedó para siempre en el libro de oro del motociclismo.
Retirada forzada y nueva vida
En 2002 anunció su retirada temporal. Problemas neurológicos con pérdidas de conciencia lo apartaron de las pistas. Eran síntomas que sufría incluso antes de ser campeón.
Pese a su deseo de volver, no fue posible. Tras una larga recuperación, dejó atrás la competición. Pasó por TVE como comentarista y más tarde se dedicó a su familia.
Hoy lleva una vida tranquila como embajador de AMV. Sigue asistiendo a algunos grandes premios y confiesa que echa de menos el ruido y el olor de las carreras.
“No puedes decir que no”
Crivillé reconoce que disfruta de su presente. Vive alejado del foco, pero mantiene el vínculo con el paddock.
Su futuro está abierto. “No puedes decir que no a nada, porque igual el día de mañana sale algún proyecto interesante”, afirma.
Para muchos, sigue siendo el piloto que lo cambió todo. El pionero que demostró que España podía reinar en la categoría reina.
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