El asador del Cantábrico que arrasa entre los motoristas en verano: se come de lujo

En el norte de España hay lugares donde la gastronomía se convierte en destino. Espacios que no necesitan anuncios, porque el boca a boca hace su trabajo. Uno de ellos está en Cantabria, junto al mar.

Hay que tener en cuenta la proximidad con el producto, es un completo lujo. No solo son veraneantes, locales y personajes públicos los que pasan por este restaurante. Los motoristas que atraviesan el norte de España paran siempre aquí.

El secreto está en el producto... y en las vistas

Hablamos de Pedreña, un enclave marinero con vistas a la bahía de Santander. Allí, el Asador Itxaski se ha ganado un lugar especial entre locales y veraneantes. Cada verano, se llena de motoristas, familias y rostros conocidos que saben a lo que vienen.

Situado en el puerto deportivo, Itxaski ha sabido conjugar tradición, calidad y entorno. Su terraza, con vistas al mar, es uno de sus grandes atractivos. Pero lo que realmente enamora está en la mesa.

La carta gira en torno al pescado del Cantábrico y al marisco de proximidad. Lubina a la brasa, pulpo con pimentón, zamburiñas chispeantes o gamba blanca a la plancha. Platos que saben a verano, a fuego lento y a respeto por el producto.

No faltan tampoco los arroces marineros ni los clásicos de la casa, como la ensaladilla rusa con bogavante. Todo elaborado con materia prima de primera, como la que les suministra Mariscos Anamar. El compromiso con lo local no es un eslogan, es una filosofía.

Un favorito del clan Pombo y parada habitual en redes

Entre los fieles del asador, destaca una clientela que lo ha convertido en referencia estival: la familia Pombo. María, Lucía y Marta comparten en redes cada año sus visitas al restaurante. Les acompañan amigos como María García de Jaime o Tomás Páramo.

Para ellos, la cita en Itxaski es tradición. Una cena frente al mar, con buena compañía y un homenaje a los sabores del norte. Lo comparten en redes sociales, pero aquí la experiencia es real.

El restaurante ha sabido mantener un equilibrio difícil: ser popular sin perder autenticidad. No hay estridencias ni pretensiones. Solo producto fresco, trato cercano y brasas encendidas.

Cocina honesta frente al mar

Itxaski no es solo un restaurante. Es una forma de entender el verano en Cantabria. Donde el mar se contempla desde la mesa y se saborea en cada plato.

Su éxito entre motoristas no es casualidad. Muchos lo incluyen en sus rutas estivales por la costa cántabra. Lo eligen por su ambiente relajado, sus porciones generosas y el olor a brasa que se percibe desde el puerto.

Aquí se viene a comer bien. A compartir un arroz caldoso de langosta o un solomillo de rubia gallega. Y a terminar con una tarta de queso casera que ya es leyenda.

Itxaski no necesita más carta de presentación que sus comensales habituales. Cada temporada, repiten quienes valoran la cocina honesta, sin artificios. En el norte, donde el verano sabe a mar, este asador ya es un clásico.