
Karlos Arguiñano (76 años) y su dieta para la vuelta a la rutina: 'De lo mejor'
La dieta ‘CLM’ de Karlos Arguiñano, pensada para el verano, se convierte en aliada perfecta para la vuelta al cole
El verano toca a su fin. Las vacaciones se acaban, los días se acortan y las rutinas vuelven poco a poco a instalarse. Septiembre marca, para muchos, el verdadero comienzo del año.
Y con él, la intención de recuperar el equilibrio tras los excesos del calor, las terrazas y los helados. En este contexto, la curiosa propuesta de Karlos Arguiñano vuelve a sonar con fuerza: la llamada “dieta CLM”.

Esta dieta, presentada con su habitual humor durante los meses estivales, es tan simple como efectiva. CLM significa “comer la mitad”, eso es todo. Sin listas restrictivas, sin contar calorías, sin promesas imposibles: Arguiñano propone reducir la cantidad habitual en cada plato. Una estrategia que, asegura, funciona para evitar el sobrepeso sin sufrir ni renunciar a los sabores.
Karlos Arguiñano lo tiene claro
Más allá del chiste, la propuesta tiene sentido. Comer menos, pero de todo, ayuda a mejorar la digestión y a controlar mejor el apetito. Es una forma de moderar el exceso sin caer en dietas milagro ni sacrificios extremos. Y resulta especialmente útil en este momento del año, cuando la vuelta al trabajo invita a retomar hábitos más ordenados.
El chef vasco, fiel a su estilo, acompañó esta idea con una ocurrencia que ya ha dado la vuelta en redes. “Si no queréis comer garbanzos, tiradlos al suelo y agachaos setenta veces para recogerlos”. Un ejemplo de cómo la actividad física también puede formar parte del día a día, incluso sin pisar el gimnasio.

Otra recomendación que lanza tiene que ver con los horarios y, en concreto, aconseja evitar el pan en la cena. Según Arguiñano, por la noche el cuerpo no necesita esa energía extra. “Al final, es azúcar”, advierte. Por eso, sugiere reservar los hidratos de carbono para las primeras horas del día, cuando el metabolismo está más activo.
Entre los alimentos que sí defiende con firmeza, el huevo ocupa un lugar destacado. Para él, es un básico insustituible en la cocina y en la dieta. Rico en proteínas, versátil y económico, el huevo representa un ejemplo de comida sencilla, saludable y completa.
Lejos de modas pasajeras, esta fórmula resume una filosofía que cada vez gana más adeptos: comer con moderación, sin prohibiciones, y con alimentos de calidad. La dieta CLM no es solo para quienes quieren perder peso. También sirve para quienes buscan sentirse mejor, digerir con más ligereza o simplemente volver a una rutina alimentaria más sensata.
Con la llegada de septiembre, esta propuesta cobra más sentido que nunca. No hay presión por el bañador, pero sí una oportunidad de empezar de nuevo. Reducir cantidades, moverse más y disfrutar del sabor sin excesos. Esa es la receta: simple, práctica y con el sello inconfundible de Karlos Arguiñano.
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