
Marc Márquez, piloto de MotoGP y 32 años: 'Lo importante es comer estas tres cosas'
El piloto octacampeón del mundo explica su rutina física y dieta que lo ha mantenido en la cúspide del éxito
En el mundo del motociclismo, donde el rugido de los motores a veces tapa lo humano, Marc Márquez siempre ha sabido hacerse escuchar. Su trayectoria no se explica solo con trofeos, sino también con constancia y disciplina. A sus 32 años, mantiene intacta la filosofía que lo llevó a la cima.
Hace ocho años, en plena hegemonía con Honda, ya acumulaba tres coronas en la categoría reina. Entonces, el ocho veces campeón del mundo habló sin rodeos de su rutina física y su dieta. Lo hizo con una naturalidad que todavía hoy sorprende.

La respiración como arma en pista
En marzo de 2017, el portal oficial de MotoGP recogió una breve pero reveladora entrevista con él. En ella, Márquez dejó claro que su éxito no se basa en secretos milagrosos. “Tengo un entrenador personal para trabajar el aspecto físico y seguir una dieta sana, pero aparte de esto no hago nada especial”, afirmaba.
Entre sus hábitos, la respiración ocupaba un lugar clave: “Si estás en forma, siempre es más fácil controlar la respiración. Aparte de esto, lo más importante es mantener la calma”, explicaba entonces. Para él, el control del aire era un recurso práctico, no una pose.
Su técnica era sencilla pero efectiva: “A veces, cuando estoy nervioso, respiro profundamente tres o cuatro veces y eso me ayuda a recuperar la calma”. Incluso en plena curva, seguía respirando para mantenerse concentrado. Solo dejaba de hacerlo en caso de un susto en pista.

La hidratación y el desgaste invisible
Márquez también puso el foco en lo que no se ve desde las gradas. En MotoGP hay sudor, tensión muscular y pérdida de peso por el calor. “La hidratación es vital, especialmente antes de la carrera porque una vez empieza es muy difícil beber de la camelback”, aseguraba.
Su autoexigencia le llevaba incluso a minimizar el agua en carrera: “Yo casi no bebo. Pienso que sería posible acabar una carrera sin beber nada”.
Pese a ello, era consciente de la pérdida física. En pruebas calurosas, llegaba a perder entre uno y kilo y medio, que recuperaba rápido después.
Ese nivel de resistencia no surge de la nada. Es fruto de entrenamiento físico y mental. El cuerpo del piloto se convierte en una máquina capaz de soportar privaciones temporales sin perder rendimiento.

Comer con lógica, no con moda
En lo referente a la alimentación, Márquez evitaba complicaciones. Nada de tendencias pasajeras ni suplementos milagrosos. “Respecto a la dieta, es importante comer hidratos de carbono, carne y fruta”, resumía.
Estos tres elementos eran su base, igual que para cualquier deportista de fondo. La clave estaba en la regularidad y el equilibrio. Con ellos, aseguraba la energía necesaria para competir al límite.
Su visión sigue siendo válida años después. No se trata de buscar atajos, sino de mantener un método constante. Y Márquez, con su trayectoria, es el mejor ejemplo de que funciona.
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