
Tres claves para alargar la vida de tu cadena… y ahorrarte un buen dinero
Un kit de transmisión bien cuidado puede duplicar su vida útil, ahorrando combustible y averías
El kit de arrastre es uno de esos elementos que solemos pasar por alto hasta que empieza a hacer ruido o a dar tirones.
Pero si cuidas bien la cadena de tu moto, no solo evitarás sustos. También te ahorrarás un buen pico al retrasar el inevitable momento de cambiarla.
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Y, por supuesto, un kit de transmisión en buen estado ahorra combustible. Necesita menos esfuerzo del motor para hacerlo girar y evita otras averías que pueden surgir por rodar con la cadena en mal estado.

Y no, no hace falta ser un talibán del mantenimiento: con tres gestos básicos puedes alargar mucho su vida útil.
Lubrica… pero cuando toca
El clásico error es poner grasa cada vez que te acuerdas o, peor, cada vez que la ves seca. Una cadena no necesita estar constantemente embadurnada.
Lo que necesita es estar limpia, bien tensada y lubricada cuando corresponde. ¿Y cuándo es eso?

El problema es que no hay una respuesta universal. Cada 500 o 800 km es una buena referencia general, pero lo ideal es que ajustes el intervalo a tu uso.
Si vas mucho por ciudad, si llueve, si haces ruta larga o te metes por caminos, conviene revisar más a menudo.
Y, sobre todo, lubrica cuando termines de rodar, no justo antes de salir. Y después de lavar la moto. Así le das tiempo al producto a asentarse y no lo lanzas todo al primer giro de rueda.
¿Y qué grasa uso? Mejor en spray, específica para moto, y si puede ser de las que no hacen “pastel” con el polvo.

Verás consejos de supuestos expertos que te sugieren "inventos": esos en casa, con gaseosa. Un buen producto diseñado para esto, por una marca de prestigio, es la mejor opción.
Limpieza sin dramas
Sí, limpiar la cadena da pereza. Pero si no lo haces, toda esa grasa vieja y suciedad acumulada terminan actuando como una lija interna.
Cada vuelta desgasta eslabones, retenes y dientes... Adiós ahorro.
No hace falta desmontar nada ni convertir tu garaje en un quirófano. Usa un desengrasante específico o, en su defecto, queroseno o gasoil.
No uses disolventes agresivos como gasolina o limpiafrenos si tu cadena tiene retenes.

Ayúdate de un cepillo tipo “grill” —hay algunos en forma de U que te hacen la vida más fácil— y seca con un trapo. Una vez limpia, lubrica como toca.
Este proceso, bien hecho cada 1.500 o 2.000 km, o tras alguna salida con lluvia o polvo, puede multiplicar por dos la vida del kit.
Tensión: ni una guitarra ni un lazo suelto
El ajuste de tensión es el gran olvidado… hasta que oyes ese "clack" metálico al cambiar de marcha. Una cadena floja se come los dientes del piñón y la corona rápido.
Una demasiado tensa puede destrozar los rodamientos de salida. Ninguna de las dos es buena idea.
En el manual de tu moto o en un gráfico en la propia moto suele venir una medida específica de esa tensión.
Asegúrate de hacerlo con la moto en el suelo y mejor si alguien te ayuda para subirse. Así comprobarás el efecto del peso en la tensión de la cadena. Si tienes caballete central o trasero, facilita la tarea.

Hazlo cada 1.000 km o tras un viaje largo, y revisa que el desgaste sea uniforme. Si ves puntos donde la cadena está más dura o zonas con dientes afilados, va siendo hora de pensar en cambiar el kit completo.
Conclusión rápida
Limpiar, tensar y lubricar. Parece simple, pero hacerlo con cierta constancia puede conseguir que tu cadena dure 25.000 km o más, frente a unos 10.000 si la descuidas.
Teniendo en cuenta que un kit nuevo puede costarte entre 150 y 300 euros con montaje, cuidar la cadena es cuidar el bolsillo. Y de paso, tu seguridad.
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