Hoy continuamos con este asunto, pero cuando no es suficiente lo que va en esa bolsa. Te damos algunos "trucos" cuando algo falla en mitad de una pista y no hay taller, ni asistencia, ni cobertura.
Aquí no se trata de “bricolaje fino”, sino de trucos probados por endureros y traileros de toda la vida. Soluciones de emergencia, para salir del paso y volver a casa.
En el campo pueden pasar muchas cosas. Estos trucos pueden ayudarte | Voge
Antes de empezar, dos obviedades que salvan motos y días. Primero mantén la calma y mira a tu alrededor. El mejor kit de herramientas está dentro del casco y es tu cabeza.
Y lo segundo, piensa en seguridad. Coloca la moto fuera del paso, ponte a salvo, apaga el contacto y deja que se enfríe lo que pueda quemar. Hechos los deberes, vamos con los trucos.
Unos eslabones de cierre en la barra central del manillar ayudan a solventar esto | formulamoto
Cables “en doble”: el repuesto que no ocupa sitio
Si tu moto aún usa cable de embrague o de gas, este truco clásico te ahorra disgustos. Esto se ha visto "toda la vida" incluso en pruebas de enduro.
Monta un segundo cable por el mismo recorrido, dentro de su camisa, y sujétalo con bridas o cinta a lo largo del chasis. En los extremos, deja la funda “presentada” y el cable con sus terminales sin conectar.
Si el cable en servicio se rompe, basta con desconectar el viejo y conectar el gemelo en el puño o en la leva. Un minuto de trabajo, cero juramentos y ruta salvada.
¿Y por qué sigue funcionando algo tan viejo? Porque el cable falla casi siempre en el mismo sitio: en el extremo, por fatiga o por falta de engrase.
Llevar el doble listo te evita tirar del maletín, pelear con guías imposibles o desmontar medio carenado en medio del monte.
Es barato, no molesta, no pesa y ahorras espacio en la bolsa del recambio.
No tendrás el mejor tacto de gas, pero sales de la pista | formulamoto
Gas de fortuna: cuando se parte el cable del acelerador
No seguiste el consejo anterior y el cable del acelerador ha dicho basta. Tranquilo. Lo normal es que parta junto al puño.
Saca el prisionero roto, deshilacha un poco la punta del cable y trábala alrededor de un pequeño “mando” improvisado: un destornillador fino, una llave plana, incluso un palo.
Con la mano apoyada en el extremo del manillar, tira del “mando” hacia ti para abrir gas.
No es un control de precisión, pero te permitirá rodar con cuidado hasta llegar a donde puedas reparar.
Muchas trail todavía llevan cables " de los de siempre" | MM
Cadena rota: cómo volver a unir lo que nunca debería romperse
Una transmisión en buen estado no se rompe… salvo cuando se rompe. Llevar un eslabón de cierre rápido atado al manillar con una brida es un seguro barato.
Mejor aún, incluye dos o tres eslabones sueltos de la misma medida que tu cadena. Si la rotura se lleva por delante varios eslabones, podrás recortar el tramo dañado y cerrar la cadena usando dos cierres rápidos consecutivos. No es lo ideal, pero funciona.
Ojo al sentido: coloca el clip del eslabón de cierre con la abertura mirando en sentido contrario al avance de la cadena. Aprieta con unos alicates o con la propia llave fija haciendo de prensa.
Cuando salgas del apuro, revisa alineación de las ruedas y tensión de cadena. Una rotura casi siempre tiene una causa.
Te lo aseguro: el pimentón es un buen tapaporos. | formulamoto
Radiador: pequeñas fugas y el viejo truco del pimentón
Golpe leve, “picotazo” en un panel del radiador y empieza el goteo. Si la fuga es grande, no te la juegues: cuelga la cincha de arrastre que llevarás en la bolsa y organiza el remolque.
Si es una fuga pequeña, hay dos recursos de campaña. El primero y el más sano es ir reponiendo líquido con el agua del camelback o de una botella (que también llevarás si nos hiciste caso al primer reportaje) hasta llegar a una gasolinera.
El segundo, clásico de mecánica popular, es añadir una o dos cucharadas de pimentón en el radiador. Sus partículas sellarán desde dentro la microfisura. No; no importa si es dulce o picante.
No es magia ni reparación definitiva, pero a veces compra los kilómetros que te separan del asfalto. En cuanto llegues, vacía, limpia y repara como es debido.
Un protector de horquilla puede servir de férula. | formulamoto
Entablillado de emergencia: cuando la prioridad es la persona
Ojalá nunca lo necesites. Pero conviene saberlo. Un protector de barra de horquilla tiene la forma ideal para improvisar una férula.
Combinado con cinta americana para fijar y una cincha para hacer de cabestrillo, puedes inmovilizar un brazo o una clavícula hasta que llegue ayuda.
Un trozo de cuerda atado te con seguirá algo más de tracción | formulamoto
Tracción de emergencia con cuerda en la rueda trasera
La nieve en moto no es una broma. Si las previsiones son malas, mejor dejar la moto en casa.
Pero a veces te pilla en altura. Anudar trozos de cuerda o de cincha alrededor de la cubierta trasera, genera “tacos” temporales que muerden la nieve o el barro.
No es un milagro, pero ayuda a superar una rampa suave o a salir de un camino plano con placa. Úsalo con cabeza: baja presión, poca velocidad y constante, y evita brusquedades.
Cuando la moto está muy "empanzada" tumbarla es la mejor soluciión | formulamoto
Salir del fango: tumbar para romper el vacío
Te has metido en un charco “sin fondo”. La moto se clava, el cárter hace vacío contar el propio barro y ni hacia delante ni hacia atrás. La maniobra clave es lateral.
Inclina con decisión, tumbando la moto para que rompa el vacío con su propio volumen y gane un poco de espacio.
Luego gira el manillar hacia el lado alto, balancéate y repite al otro lado.
La rueda trasera “muerde” algo, el cubrecárter despega y, con suerte, aparece el milímetro que necesitabas para salir. Paciencia y técnica valen más que gas.
El hambre es mala consejera cuando hay que pensar | formulamoto
La longaniza: el truco que no arregla nada… pero arregla todo
Lo leímos una vez y nos hizo gracia, hasta que lo probamos. Llevar algo de comer entre los repuestos. Una longaniza, unas barritas, lo que sea.
No te va a sacar del barro ni a soldar nada Pero te quita frío y sube la moral.
Además, te da tiempo para pensar con claridad. El hambre y la prisa son los peores consejeros mecánicos.
Conocer algunos trucos además ayuda a ese "pensamiento lateral" | Voge
Manguito que rezuma: injerto con cámara de bici
Un manguito de refrigeración agrietado puede arruinar el día. Si no hay repuesto, corta una sección de una cámara de bicicleta o de uno de los puños.
Utiliza para enfundar la zona dañada y sujétala con dos bridas anchas a modo de abrazaderas. Aguanta sorprendentemente bien hasta volver a casa.
Si la fuga es en un manguito fino, un trozo de tubo de bebida del camelback puede hacer de puente.
Escape suelto: lata y alambre para llegar
Se ha soltado el escape en el tramo intermedio y vibra como una castañuela. Envuelve la unión con una tira de lata de refresco a modo de manguito y blíndala con alambre, con bridas o con cinta.
No esperes estanqueidad perfecta, pero reduce fugas y sobre todo, vibraciones, lo suficiente para rodar con calma. Evita tocarlo en caliente: guantes y sentido común.
Alambre y bridas para improvisar soportes | formulamoto
Recuperar electricidad con diagnósticos simples
Antes de culpar a la batería, repasa conectores visibles. Un golpe puede desconectar la clema del interruptor de pata de cabra, del embrague o del sensor de caída.
Desmonta, limpia con un poco de agua y sopla. Reasienta. A veces el milagro es una masa floja: aprieta el tornillo que fija el negativo al chasis.
Si la batería murió, reduce consumos: corta todo lo accesorio, empuja y arranca a la vieja usanza. En monocilíndricas y bicilíndricas pequeñas funciona mejor en segunda que en primera.
Iluminación rota: bricoLED y cinta
Un intermitente o una óptica suelta pueden ponerse rebeldes.
Recoloca soportes con bridas y sella grietas con cinta americana por dentro para que no entre barro. Si se ha quedado colgando, usa una varilla improvisada de rama rígida como “viga” interior.
La idea es que no baile ni se parta del todo con las vibraciones.
Las presiones son clave a la hora de conseguir mejor tracción | FM
Presiones, ese “click” que cambia todo
No es magia, es física elemental. En arena y barro, bajar presiones sube agarre. Un punto menos delante y detrás marca la diferencia para salir de una trampa.
Recuerda volver a inflar al regresar a pista dura para no destalonar ni cortar la cubierta. Llevar un manómetro pequeño te evita adivinar a ojo.
Tornillería reacia: fijaciones que se resisten
Un tornillo pasado puede morder si lo “calzas” con una hebra de cable de cobre o con hilo dental encerado antes de apretar.
No es ortodoxo, pero añade fricción para que no se afloje en los próximos kilómetros.
"Pensamiento lateral": la mejor herramienta | formulamoto
Imaginación: la herramienta que siempre llevas puesta
La mejor herramienta no va en la bolsa, va en el casco. Se llama “pensamiento lateral” y es esa forma de mirar el problema desde otro ángulo.
He visto tallar un tornillo de ralentí perdido con una ramita. También improvisar un separador de embrague con la chapa de una lata de aceite. O calzar un rodamiento rebelde con una tira de lata de refresco.
Plantea el problema, respira, mira qué tienes a mano y haz de artesano. El objetivo no es “dejarlo perfecto”, es volver a casa.
Conclusión
La pista perdona a quien va preparado y piensa.
La diferencia entre volver por tu pie o esperar a la grúa muchas veces está en detalles. Por ejemplo, un puñado de bridas, un metro de manguera, un eslabón de cadena y, sobre todo, en mantener la calma.
Este repertorio de trucos no pretende sustituir a un buen mantenimiento ni a un taller. Pretende darte recursos cuando la montaña, el barro o la nieve te ponen a prueba.
Sal con cabeza, disfruta del camino y vuelve a casa con una buena historia que contar. Eso también es trail.