
El contundente aviso de la DGT a todos los motoristas: ocurre con mucha frecuencia
Las autoridades han repasado los datos de tráfico y la conclusión deja muy preocupados a los expertos
En las carreteras españolas, los motoristas siguen pagando un alto precio. Las estadísticas reflejan una realidad preocupante que se repite cada año. Y las autoridades no dejan de lanzar avisos para evitar más tragedias.
Durante la última década, 2.385 personas que iban en moto han perdido la vida en siniestros en vías interurbanas. Solo en 2024, se registraron 286 muertes en 278 accidentes mortales. Son datos provisionales, pero reflejan un patrón claro que preocupa a la DGT.

Las salidas de vía, el accidente más letal
Entre los tipos de siniestros más peligrosos, las salidas de vía lideran las estadísticas. En 2024 hubo 131 accidentes de este tipo con resultado mortal. En ellos fallecieron 134 motoristas.
Este tipo de accidente ha crecido en los últimos años. En 2015 se contaron 90 fallecidos por salida de vía; el año pasado fueron 44 más. En total, 984 motoristas han muerto por esta causa en los últimos 10 años.
Más de la mitad de estos siniestros ocurrieron en curvas. Según los expertos, uno de los errores más comunes es llegar a la curva con velocidad inadecuada. La mala gestión inicial provoca que no se pueda trazar con seguridad.
“No sólo hay que adaptar la velocidad a la curva y a la vía, también a los propios límites del conductor”, señala Miguel Ángel Sánchez, de la DGT. Si el motorista no es consciente de sus capacidades, puede cometer errores fatales. Inclinar demasiado la moto o mirar fuera de la curva son fallos frecuentes.
En tramos rectos también se producen salidas de vía. Muchas veces por distracciones o exceso de confianza. En estas situaciones, perder el control de la moto puede tener consecuencias mortales.

La velocidad, factor común en un tercio de las muertes
Otro dato que subraya la DGT es la relación entre la velocidad y la siniestralidad. En 2024, el exceso de velocidad estuvo presente en 101 accidentes mortales. Eso supone uno de cada tres siniestros en carretera.
El Instituto Universitario de Tráfico y Seguridad Vial (INTRAS) alerta sobre las carreteras secundarias. Estas vías tienen un solo carril por sentido, muchas curvas y presencia de grandes vehículos. A eso se suma el riesgo de irrupciones imprevistas de personas, coches o animales.
El entorno también influye. La lluvia, el viento o el mal estado del asfalto hacen más vulnerables a los motoristas. La estabilidad de la moto es menor y los márgenes de error, mucho más reducidos.

La jefa de Planificación Estratégica de la DGT, Pilar del Real, explica que la moto es menos visible y más frágil. A eso se suman los errores ajenos que el conductor no puede prever. Todo esto convierte cada trayecto en un potencial peligro.
En zonas urbanas, el patrón de accidentes es diferente. Las velocidades son menores, pero hay más tráfico y muchos puntos conflictivos. Semáforos, glorietas y cruces generan riesgo constante.
En ciudad, el zigzagueo, los cambios de carril sin señalizar o mirar y otras imprudencias son muy comunes. También lo son los choques con otros vehículos o peatones.
La DGT insiste: conocer los propios límites, anticiparse a la curva y no confiarse. Estos simples pasos pueden marcar la diferencia entre volver a casa o no.
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