
La DGT lo tiene claro: el consejo que lanza a todos los motoristas españoles
La Dirección General de Tráfico (DGT) ha recordado a muchos motoristas un detalle clave para circular en moto
No se trata solo de detenerse a tiempo, sino de hacerlo con técnica y seguridad. La Dirección General de Tráfico (DGT) ha lanzado una serie de recomendaciones clave para los motoristas de nuestro país. Y es que, en la carretera, no vale con hacer las cosas a medias, hay que hacerlo bien.
Y en un momento en el que el objetivo primordial es reducir los accidentes por errores en la frenada, saber hacerlo resulta clave. Un mal frenado, incluso a baja velocidad, puede tener consecuencias graves. Dominar esta técnica es vital para todo aquel que se suba a una motocicleta.

Así recomienda la DGT frenar en moto de forma segura
Uno de los principales consejos es utilizar los dos frenos al mismo tiempo. Esto mejora la eficacia de la frenada y reduce la distancia necesaria para detenerse. El freno trasero debe usarse primero, suavemente, antes de accionar el delantero.
Se trata de una técnica compleja que requiere práctica. La clave está en aumentar progresivamente la presión en el freno delantero, mientras se reduce en el trasero. Así se consigue mantener el equilibrio y evitar bloqueos.
Anticipar la frenada es otro aspecto fundamental. Evita frenar de forma brusca o repentina, lo que puede provocar una pérdida de control. La solución está en frenar con antelación suficiente, de forma suave y constante.
También es importante no cargar el peso del cuerpo sobre el manillar al frenar. Esto desequilibra la moto y reduce la adherencia del tren trasero. Lo correcto es mantener el tronco bajo e incorporar las rodillas al depósito, para controlar la inercia.
Nunca se debe iniciar la tumbada frenando. Es decir, frena siempre antes de entrar en una curva. En recta, los neumáticos tienen mejor agarre y se reduce el riesgo de derrape.

Uso correcto del freno delantero y trasero
El freno delantero es el que más potencia de frenado aporta. Por eso es esencial aplicarlo de forma progresiva.
Si se acciona bruscamente, se produce un traslado de peso que puede desestabilizar la moto.
Esto comprime al máximo los amortiguadores delanteros. El neumático se aplasta contra el asfalto y, sin ABS, puede rebotar. Ese rebote puede provocar un bloqueo de la rueda y pérdida total del control.
Si ocurre, la única solución es soltar un poco el freno. Así, la rueda podrá volver a girar y recuperar la adherencia. Por eso, la prevención es clave.
El freno trasero aporta menos potencia, pero ayuda a equilibrar. Usarlo solo, sin el delantero, no garantiza una frenada efectiva. Además, puede hacer que la rueda trasera se bloquee por la disociación de pesos.
Controlar bien ambos frenos es cuestión de práctica y conocimiento. No basta con conducir: hay que saber frenar.
Y la DGT lo tiene claro: este consejo puede salvar vidas.
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