
Probamos la moto trail que se confunde como sport-turismo y cambia tus esquemas
Es una trail asfáltica, "crossover" o como quieras llamarla. Pero esta BMW se comporta como una sport-turismo.
BMW F 900 XR. Una moto interesante dentro de esa enorme familia de las trail de BMW.
Una moto que quizá no ha desarrollado todavía todo su potencial comercial, desde luego. Y quizá por ello en BMW se han replanteado la filosofía detrás de esta moto, haciéndola ahora más sport, más divertida.

Esta versión 2025 lo consigue afinando su concepto original. Sigue siendo esa trail asfáltica, pero ha evolucionado hacia una sport turismo camuflada, más dinámica, más equipada. Lo justo para que empieces a plantearte si de verdad necesitas una GT pura, o si esta BMW lo tiene todo.
Desde su lanzamiento, la F 900 XR ha ocupado un lugar intermedio entre las grandes GS y las naked deportivas de la casa. Una moto versátil, capaz, fácil de llevar. Pero también algo racional.
Ahora, con el rediseño de 2025, BMW ha querido despertar emociones. Y para ello ha tocado puntos clave: ergonomía, suspensiones, electrónica, equipamiento y estética. El resultado no es una revolución, pero sí un paso firme hacia el lado más pasional del catálogo.
Ya no es solo una moto lógica para el día a día o para viajar con comodidad. Es también una opción perfectamente válida para quien busca sensaciones.
Nos referimos a agilidad en curvas y una estética más afilada. Una moto de manillar alto, sí, pero con alma deportiva.
CÓMO ES: Más GT que trail, pero con ADN BMW
Aunque las siglas XR siguen evocando una trail asfáltica, la evolución estética y funcional de esta F 900 XR 2025 apunta más alto. Literalmente.
Desde el primer vistazo se aprecia que ha ganado presencia. El nuevo frontal, inspirado claramente en las deportivas S 1000, le da un aire más agresivo y moderno.
En esta versión "Style Sport", el colorido refuerza esa vocación dinámica, especialmente si prescindes de las maletas.

Detrás, el nuevo colín con intermitentes multifunción (heredado directamente de la R 1300 GS) remata un conjunto muy bien resuelto. Delante, la cúpula crece 30 mm respecto a la anterior generación.
Se regula manualmente en dos posiciones, de forma sencilla y efectiva. No es eléctrica ni sofisticada, pero cumple muy bien su función. A ritmos legales, puedes modificar su altura sin problemas, y el cambio en protección aerodinámica es claro.
Ergonomía: más cómoda y más sport
Uno de los cambios más sutiles, pero también más importantes, está en la posición de conducción. Se ha revisado el triángulo ergonómico con nuevos puntos de asiento y manillar.
Se consigue así una postura más relajada y, a la vez, más implicada. El asiento se ofrece en múltiples alturas (de 775 a 845 mm), lo que permite adaptarse a casi cualquier talla.
Para quienes, como yo, miden 1,65 m, es recomendable optar por el asiento bajo Pero incluso en su configuración estándar, la moto transmite control.

El manillar es ancho, elevado, con buena palanca y tacto. La postura invita tanto a devorar kilómetros como a atacar curvas.
Y aunque el asiento estándar es algo duro, BMW ofrece como opción un modelo "confort" que puede marcar la diferencia en viajes largos.
Solo el borde del asiento pone una sombra en la comodidad en largas distancias. Se clava en la zona interior de tu muslo e invita a parar más a menudo de lo que desearías.
Parte ciclo mejorada: más agilidad y precisión
BMW ha afinado la receta en puntos clave. La nueva horquilla Showa invertida de 43 mm es completamente regulable y sustituye al anterior conjunto más básico.
El amortiguador trasero, firmado por ZF Sachs, mantiene el sistema sin bieletas, y puede incorporar, como en esta unidad de pruebas, el sistema Dynamic ESA.
Es el nombre en BMW de la suspensión electrónica. Permite ajustar, desde un botón en la piña, tanto el modo de funcionamiento (Road o Dynamic) como la precarga (conductor solo, con pasajero, con equipaje).

En este caso esa suspensión electrónica solo actúa sobre el tren trasero, lo que limita su efecto global en la moto. Pero sigue siendo una herramienta útil, especialmente si cambias a menudo de configuración de carga.
Las nuevas llantas son 1,8 kg más ligeras que las anteriores, y la batería también ha reducido su peso. Todo esto se nota en la agilidad.
Puede parecer poco sobre el papel. Sin embargo, en conjunto, estos ajustes hacen que la XR se perciba más ligera y viva. Sobre todo en curvas enlazadas o en conducción deportiva.
Motor: el bicilíndrico que lo hace todo bien
El propulsor no cambia respecto a la versión anterior, y tampoco le hacía falta. El bicilíndrico en línea de 895 cc sigue rindiendo 105 CV a 8.500 rpm y 93 Nm de par a 6.750 rpm.
Es un motor Euro 5+ que destaca por su entrega lineal, su suavidad y su empuje desde abajo. Puedes rodar en sexta a 2.500 vueltas sin tirones y abrir gas con decisión, con una respuesta inmediata.

No vibra casi nada dada su configuración, suena bien y se combina con un cambio muy preciso. El quickshifter, disponible como opción, va muy bien, aunque requiere que te acostumbres a su tacto, algo duro.
Sube y baja marchas con suavidad y rapidez, incluso a bajas velocidades o en maniobras. No viene de serie, pero deberías incluirlo sí o sí si quieres sacarle todo el partido a esta moto.
Electrónica completa, pero sin complicaciones
Otro de los avances más importantes de esta F 900 XR 2025 está en la electrónica. Ahora incluye de serie el modo de conducción "Dinámico". También el control de tracción DTC y el ABS Pro, que actúa también en curva.
Todo es intuitivo y fácil de manejar desde los botones del manillar. Y la pantalla TFT mantiene su tamaño y resolución.

Lleva de serie el faro "Headlight PRO" o lo que es lo mismo, luz adaptativa. Y como siempre en BMW una larga lista de opciones.
Entre ellas llave de proximidad, llamada de emergencia o control de crucero. Pero lo cierto es que BMW ha incluido en esta versión más elementos que en las anteriores.
Es ahora más completa de serie. Pero como siempre; si quieres muchos "juguetes", BMW sigue pudiendo porporcionártelos.
CÓMO VA: En parado y en ciudad, más ágil de lo que parece
La BMW F 900 XR no es precisamente una moto pequeña, pero se defiende con soltura en ciudad. Es alta, sí, pero la anchura del manillar y la suavidad del motor ayudan a moverse entre coches sin sobresaltos.
Además, el radio de giro es suficiente para maniobrar bien en espacios reducidos, y la visibilidad es buena. Si no eres muy alto, te tocará elegir bien la configuración de asiento y chasis.
Pero BMW ofrece tantas opciones que siempre hay una que encaja.

En parado, levantar la moto del caballete lateral cuesta algo más que en una naked, sobre todo si llevas maletas. Pero una vez en marcha, desaparece esa sensación de volumen. Se siente equilibrada.
El tacto de mandos es excelente, y todos los controles están donde deben. Solo el asiento, algo duro, puede recordarte tras un buen rato de uso que estás sobre una moto durante horas.
Carretera abierta: rutera de verdad
En vías rápidas, la XR saca a relucir su alma GT. La protección aerodinámica ha mejorado gracias a la nueva cúpula, y la postura de conducción te permite sumar kilómetros sin fatiga.
El motor trabaja relajado a velocidades de crucero, con una sexta larga que reduce el consumo y el ruido. La estabilidad es impecable, incluso cargado con equipaje hasta velocidades muy elevadas.
Aunnque todo tiene un límite y con las tres maletas pueden aparecer movimientos a velocidades a la que no deberías ir en carreteras abiertas.

La respuesta al puño es progresiva. Pero si quieres adelantar o salir con brío de un peaje, basta con un toque para que el bicilíndrico te saque con contundencia.
Aquí es donde el quickshifter brilla de verdad: cambiar sin cortar gas ni usar el embrague se convierte en una segunda naturaleza. Y aunque no sea una moto ligera, no cansa.
Puedes cruzarte el país sin plantearte si deberías haber elegido una RT o una K 1600. Con la XR, el viaje también es parte del disfrute.
Curvas: agilidad y diversión
Si te gustan las curvas, esta moto no te defraudará. La F 900 XR se comporta con nobleza y eficacia.
La nueva horquilla te da más información del tren delantero. Y aunque el manillar más alto y la postura erguida requieren cierta adaptación, pronto encuentras el ritmo. No transmite tanto como una naked pura, pero sí lo suficiente como para rodar deprisa con confianza.

La agilidad ha mejorado claramente respecto a la generación anterior. Los cambios de dirección son rápidos y la estabilidad en inclinación es alta. Puedes apoyarte con decisión incluso en curvas cerradas.
El ABS Pro actúa con suavidad y permite frenar tarde sin sobresaltos. El control de tracción, en modo dinámico, deja hacer sin intervenir antes de tiempo. Y si además llevas la suspensión en el modo más firme, el conjunto responde con precisión deportiva.
Con buen asfalto y neumáticos adecuados la XR se transforma. No es una RR, claro, pero tampoco lo pretende.
Es una sport turismo moderna, con capacidades ruteras y alma juguetona. Una moto con la que puedes hacerte 800 km en un día y aún tener ganas de curvear al día siguiente.
Conclusión: ¿trail? ¿GT? ¿naked? Una moto divertida
La nueva BMW F 900 XR 2025 ha afinado una receta que ya funcionaba. Sigue siendo una moto versátil y lógica, pero ahora añade ese punto emocional que le faltaba.
Es más divertida, más atractiva, más equipada y más eficaz. Puedes viajar, ir al trabajo, disfrutar en curvas o perderte por nacionales. Y lo haces con una sola moto.
No es perfecta, claro. El quickshifter debería ser de serie y el tacto del cambio es algo duro. Y la ausencia de suspensión electrónica delante hace que el sistema Dynamic ESA se quede algo cojo.
Pero a cambio tienes una base excelente y una electrónica coherente. Además, un comportamiento dinámico sólido y una estética que entra por los ojos.

Con un precio de partida de 12.950 €, se coloca en un punto muy interesante del catálogo BMW. Y, bien configurada, puedes tener una sport turismo con manillar alto que no necesita excusas.
Es más ligera que una GT, más cómoda que una naked, más divertida que una trail pesada.
En una época en la que las motos tienden a ser excesivas, esta BMW F 900 XR brilla precisamente por su equilibrio. Realista, polivalente, bien hecha. Y sí, también emocionante.
Nos ha gustado
Comportamiento equilibrado en todos los escenarios
Nuevo equipamiento de serie: más completo y lógico
Electrónica bien integrada y fácil de usar
Mejoraríamos
Tacto del cambio algo duro
El asiento estándar es algo duro en tiradas largas
No hay opción de suspensión electrónica completa (sin horquilla electrónica)

ASÍ VEMOS LA BMW F 900 XR 2025
En carretera: 4
En ciudad: 3
Pasajero: 4
Confort: 4
Equipamiento: 3
Autovía: 4
(Puntuación entre 1 y 5)
Si BMW Motorrad sabe de algo es de trail y de motos GT, desde luego. Aunque hoy día hayan demostrado que se mueven bien hasta en los circuitos de carreras.
Precisamente todo eso se resume en una moto como esta F 900 XR. Una moto muy completa, con un equipamiento bien pensado y ejecutado. Tiene fallos "relativos", como es la falta de una horquilla electrónica cuando has pagado la opción de suspensión ESA.
Es cómoda y, sobre todo, muy versátil: una gran moto para usar a diario, para viajar o para rodar en esas carreteras de curvas que tanto te gustan. Todo lo hace bien y en cualquiera de esos escenarios se muestra efectiva y suficiente.
Es algo que no muchas motos pueden presumir. Y todo ello desde un precio razonable que BMW consigue a base de mandar al catálogo de opciones y accesorios un montón de gadgets. Configura tú la tuya como te guste y paga por lo que quieras, y no por lo que no te interesa.
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