Triumph sabe cómo darte el poder de una moto para satisfacerte con esta Tiger Sport

Cuando una marca encuentra la magia y el poder de atracción con una moto, ya sea por estilo, rendimiento o ambas cosas, es como llegar a la luz y sentirte poderoso.

Triumph ya lo consiguió, décadas atrás, con la primera saga Tiger Sport de motor de litro y pico. Era bella, potente, impactante.

En una sola palabra: fantástica. Pero quedó en el olvido con las normas Euro. Tras la aparición de la "seis sesenta", recuperó aquel halo de misticismo que tanto he echado de menos.

Y aquí me tienes, dispuesto a regalar buenas palabras y mejores acciones a una moto que me ha devuelto las ganas de salir a rodar con 38º de temperatura ambiente.

No me ha importado ponerme una chaqueta sin ventilación con este clima (me achicharraba el torso), ni hacer kilómetros de esta guisa... Muchos.

Sin embargo, y como se suele decir, "sarna con gusto, no pica". Lo he aplicado a mi "locura transitoria" y el resultado ha sido magnífico. Más pilas para continuar.

CÓMO ES LA TRIUMPH TIGER SPORT: seductora

A esta pregunta le encuentro una respuesta directa, de esas que exige pocas palabras:una moto seductora, bien hecha en líneas generales.

Hoy día se pueden exigir muchos gadgets a una moto que, además, supera los 12.000 euros; de hecho, las hay por menos con mejores elementos...

Uno de ellos es, por ejemplo, la instrumentación; ojo, no estamos hablando de un cuadro con agujas como antaño (siempre me gustaron, no las rechazo).

Lo hacemos de una unidad con conexión al teléfono, ofreciendo además la opción de elegir entre tres curvas, conexión para contestar llamadas, control de velocidad...

Parece como si Triumph jugara al despiste con ella, si bien en realidad no pretende engañar a nadie, sino hacer las cosas a su manera.

Y desde luego así lo cumple, planteando diseños austeros en algunos puntos concretos, y otros más atrevidos en zonas clave como el propio frontal.

Si te das cuenta, las dos tiras LED a modo de luz diurna son minimalistas, sí, pero ofrecen una visibilidad absoluta. Comprobado en marcha.

Pero además, la firma británica ha sabido darle un toque muy personal con ópticas por LED (no los intermitentes) y un aire de familia tan agresivo como atractivo.

Una vez más, vamos de lo sofisticado a lo sencillo, representando esto último el propio tirador interior de la cúpula para ajustar su altura. ¿Para qué complicarse la vida con motores eléctricos y mayor peso?

Práctico y básico, como las indicadas tres curvas Sport, Road y Rain, dulcificando la entrega la segunda y limitar en condiciones delicadas la tercera.

La primera es la que ha mandado en mi día a día con esta sport-turismo, con un tacto general instantáneo, muy agradable siempre.

Antes debo seguir describiendo detalles interesantes, como la implementación de deflectores  a los laterales del carenado superior.

Un ejemplo de cómo ofrecer protección aerodinámica "a la carta" en una moto de  cualidades deportivas, sí, pero también viajeras al máximo. Lista para todo.

Es otro de sus atractivos: con maletas en su equipamiento opcional y haciéndote valer del "control cruise" montado de origen, cualquier viaje es un placer a sus mandos.

Ahora bien, cuando toca apretar el ritmo, la parte ciclo no se queda atrás, con un juego de discos mordidos por pinzas "Triumph".

De anclaje radial, efectivamente lucen el logo de la marca en la estructura de la propia pinza. Tacto y potencia también son aquí denominadores comunes.

Por supuesto y en una moto de este calibre, la actuación del control de tracción, embrague de rampas y ABS en curva desconectable no podían faltar, con el resultado que imaginas.

El tricilíndrico de 115 CV aporta además un shifter bidireccional, blipper para que nos entendamos o Triumph Shift Assist, como ellos lo denominan.

CÓMO VA LA TRIUMPH TIGER SPORT 800: ¿cuánto dices que cuesta?

Creo que ha llegado el momento de poner en práctica sobre el asfalto todo lo que la británica está dispuesta a ofrecer.

Acabo de preguntarme justo aquí arriba sobre el precio porque, te soy sincero, es de esas motos que cuando te bajas, la miras y le das más de una vuelta...

Piensa que mido sobre 1,80 metros y no cualquier moto se adapta a esta talla; cuando la encuentras y además te convence, todo cambia.

Aunque existe un asiento de altura todavía más reducida, con esta moto soy capaz de llegar al suelo con ambos pies pero, además, no sufro con ellos reposando en los estribos.

El triángulo entre manos, pies y trasero es ideal para hacer kilómetros, desde luego, pero también para gozar con el tricilindrico en tramos revirados.

Dejamos la salsa para luego y ahora nos centramos en su comportamiento urbano, "recadeando" de un lado a otro entre calles atestadas, semáforos, rotondas...

El resultado es un tacto increíblemente suave del "tri" y, tal vez, algo más agresivo de los frenos; te están pidiendo guerra. De momento deben esperar.

Es algo a lo que pronto te acostumbras porque se trata, simplemente, de tocar la leva derecha con menos fuerza de lo habitual. Volvemos a entendernos casi a la primera.

Con precarga remota en el amortiguador y ajustes completos de horquilla, tal y como hemos trabajado de serie está perfecta para todo uso, sin más.

Esto implica el hecho de salvar badenes, baches tipo "alcantarilla en plano superior e inferior" del asfalto, así como constantes arrancadas y detenciones.

Debería comprobarlo con las dos motos a mano, pero creo que esta 800 gira algo más que la primera 660, lo que agradeces en maniobras urbanas desde "cero".

Esta Triumph ha cumplido como una ciudadana ejemplar, sin llamar la atención por un sonido molesto ni nada por el estilo. Discreta pero llamativa con esta decoración, por cierto.

En carretera, y si antes has rodado con la curva Road, llega el momento de seleccionar Sport para gozar a tope de sus instintos.

La subida de vueltas es, simplemente, excepcional. Limpia, constante, incansable e inmediata al más leve giro de gas electrónico.

Sale de manera muy "limpia" a regímenes contenidos, con ese sonido de admisión típico de un tricilíndrico deseando escalar hacia la zona alta.

Justo aquí te das cuenta que a este propulsor le cunde una barbaridad. Además, resulta muy generoso en la estirada final y puedes ahorrarte algún que otro cambio en zonas de constante movimiento.

La moto se siente siempre preparada para cambiar de dirección tan rápido como lo necesites, haciéndote valer del ancho de palanca de su generoso manillar.

Dispones de mucha altura para explayarte y solo un recorrido amplio de la horquilla establecerá ciertos límites a la hora de apretar el ritmo... pero poco.

Porque  la parte ciclo de esta moto conjuga a la perfección lo deportivo con lo turístico, insisto, incluso con los reglajes de serie, que no van nada mal.

Sin vibraciones ni reacciones adversas, esta sport-turismo de raza se adapta de manera camaleónica a tus deseos, más ruteros o deportivos. Le es indiferente.

NOS GUSTA

Motor extraordinario, potente, dulce, muy utilizable

Detalles sencillos y prácticos como la altura de la pantalla

Vale para todo... siempre por asfalto

MEJORARÍAMOS

La instrumentación es muy completa, pero hay que navegar mucho para llegar al dato que necesitas...

La toma de corriente USB solo se ofrece como opción

Con un precio ligeramente más competitivo, sería "la bomba"

ASÍ VEMOS LA TRIUMPH TIGER SPORT 800

En carretera: 5

En ciudad: 4

Pasajero: 4

Confort: 4

Equipamiento: 4

Autovía: 5

(Puntuación entre 1 y 5)

Me reafirmo. Esta Triumph es una moto muy completa. Me ha dado muestras de ello haciendo bastantes kilómetros a sus mandos.

Puedes ir al trabajo todos los días, quemar adrenalina durante el fin de semana o viajar tan lejos como quieras. Cumple en todo, y con nota.

Tiene duras rivales muy cerca, y tal vez por ello el precio, sin ser alocado, no deja de frenar en cierto modo una escandalosa irrupución en el mercado.

Un mercado que ahora demanda motos así, versátiles, que cumplan bien en todo, o casi todo, atractivas y funcionales. ¿Para plantearse su compra? Si yo te contara...