
Tu integridad en moto está en juego y ahora podrás rodar más seguro
Este componente de tu equipamiento requiere los cuidados de unas gafas de sol o graduadas.
Muchos motoristas ponen mucha atención en el mantenimiento de piezas concretas de su moto. También del equipo que visten o con el que complementan su moto.
Pero hay uno en especial que suele dejarse de lado. Y no es buena idea.
Hay quien piensa que la pantalla de un casco no requiere tantos cuidados como sugieren los usuarios más meticulosos.
La limpian con cualquier cosa y, al estropearse e ir a la tienda a por otra, cuando ven el precio prefieren seguir con los rayones... Mala solución.
La pantalla del casco es uno de esos elementos que, debido al trabajo que realiza, requiere unos cuidados muy especiales.
En juego se encuentra una visibilidad perfecta en marcha a los mandos de tu moto.
Cualquier desperfecto, mancha, mosquitos o lo que quiera que se adhiera a la superficie, nos impedirá disfrutar de una correcta visión.

Imagina lo que conlleva: mover la cabeza para esquivar ese mosquito o el golpe que no te deja leer el próximo desvío... Peor si circulas durante la noche.
En fin, es tan molesto como peligroso rodar en moto con una pantalla sucia o en mal estado.
No es tan complicado seguir esta serie de consejos para mantenerla como el primer día y así evitar distorsiones y contrariedades de cualquier tipo.
La pantalla del casco no está hecha para tocarla...
... a excepción del reborde, a modo de saliente o tirador situado en el centro o parte inferior izquierda de la misma. Lógico.
Hay una manía curiosamente popular que consiste en abrir y cerrar la pantalla del casco colocando los cinco dedos de la mano sobre la superficie.

Hubo un tiempo en el que los cascos integrales disponían de pantallas muy finas de plástico, sin posiciones que "garantizasen" el cierre.
Dada su fragilidad había quien prefería “tirar” de ella con la mano al completo, por si cedía al hacerlo del lateral inferior.
En un casco del siglo XXI, la pantalla no debe tocarse jamás, al menos en toda la superficie de visión.

"Turbolimpieza" en marcha
En caso de encontrarte con cualquier elemento o bicho adherido en plena marcha, no sientas la tentación de tocarlo con la mano, con el guante.
Si llevas una velocidad de rodaje más o menos elevada, gira la cabeza hacia la izquierda o a la derecha; con suerte el bicho desaparecerá.
De los restos que deje ya nos encargaremos al llegar a nuestro destino, pero en el momento no tires de guante para quitártelo de encima.
Desmontándola es mejor
Una vez nos detenemos, siempre que tengamos la oportunidad de hacerlo, desmontaremos la pantalla para facilitar su limpieza.
Como suele suceder, habrá momentos en los que las prisas nos darán poca tregua, situación en la que se impone la “economía de guerra”.
En ese caso, entra en un baño, lávate las manos y empápala de agua (templada si puede ser); frótala con la mano de manera muy suave haciendo círculos.

No uses las uñas en ningún momento. Solo la palma levemente arqueada y sin apenas ejercer presión sobre la pantalla.
Una vez llegamos a casa, deberemos tirar de kit de limpieza… o tal vez no.
Piensa que, a veces, las soluciones sencillas sirven para algo más que salir del paso.
Más elaborado y completo
Si dispones de tiempo, desmonta la pantalla, colócala bajo el grifo con agua templada y repite lo que hiciste en el baño del trabajo.
Y ya que te pones, hazlo también por el interior que, cómo no, también recoge y acumula suciedad con el uso.
Si quieres rematar la faena, aplica una solución a base de jabón neutro sobre las manos y... a dibujar círculos a ambos lados de la pantalla.
Aprovecha, ya que la tienes desmontada, a quitar barrillo y suciedad variada que se acumula en los bordes, sobre todo en los laterales de enganche.

Antes de volver a montarla y después de dejar la pantalla “en reposo” mientras se seca (o con un trapo de algodón, siempre sin apretar), haz lo siguiente.
Emplea un paño ligeramente mojado para repasar la goma del reborde de la calota del casco, para acercarte después a la zona de enganche.
Ya que tienes la pantalla y el casco de esta guisa, cada uno por separado, no tardarás nada en dejarlo todo perfecto.
Antes de volver a montarla
A la vista está que las toallitas o kit de limpieza profesional de pantalla tampoco son totalmente imprescindibles
Uno o dos kits específicos serían necesarios en este caso… al que deberás añadirle otro, por aquello del “ya que me pongo”: limpieza del acolchado.
Disponen de aplicaciones en spray que no solo limpian la suciedad que convierte la etiqueta interior blanca en negra: también desinfectan.
Ya toca montar la pantalla de nuevo, aunque recuerda cambiar, si es necesario, tu lámina antivaho interior.
Monta una nueva cogiéndola de los bordes con mucho cuidado. Aquí también: nada de dedos por medio.

Que no se escape rodando...
Pon el casco sobre tus piernas o una superficie suave que impida que el casco se nos escape rodando.
Una vez "controlado", comprueba que la pantalla abre y cierra sin dificultad, de manera suave, sin que la suciedad entorpezca nada.
En caso de notar rozamientos excesivos en la zona superior de la calota al contactar con la pantalla, ajusta los parámetros de tensión laterales.
Tira de instrucciones si no lo tienes claro o acércate a la tienda donde lo compraste. Seguro que te lo ajustan de mil amores, además de evitar que roce o, lo contrario, que quede demasiado holgado y se cuele agua y frío por todo el perímetro superior.

Cuando tengas todo en orden, solo deberás recordar lo dicho más arriba: no toques la pantalla en marcha para limpiarla.
Si acaso, hazlo sin forzar con el dedo índice de tu guante, que dispondrá de una pequeña inserción en tejido suave diseñada de manera específica para este fin.
Sin duda, una buena inversión en equipamiento es la mejor de las ideas que puedas llegar a tener, ¿no crees?
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